EUROPA
PRESS
8 marzo
2018
El
sistema inmune del cerebro puede ser la clave de nuevos tratamientos para el
Alzheimer
Investigadores del 'Sanford Burnham Prebys Medical Research Institute' (SBP), en La Jolla, California, Estados Unidos, han publicado dos nuevos
estudios en 'Neuron 'que describen cómo TREM2, un
receptor que se encuentra en las células inmunes del cerebro, interactúa con
las proteínas beta amiloides tóxicas para restaurar
la función neurológica.
La investigación, realizada en modelos de ratón de la
enfermedad de Alzheimer, sugiere que elevar los niveles de TREM2 en el cerebro
puede prevenir o reducir la gravedad de los trastornos neurodegenerativos,
incluida la enfermedad de Alzheimer.
"Nuestro primer trabajo identifica cómo la beta
amiloidea se une a TREM2, que activa las células inmunes neuronales llamadas microglía para degradar la beta amiloide,
lo que retrasa la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer", describe la
autora principal del estudio, Huaxi Xu, profesora y directora de la Iniciativa de Neurociencia
de SBP, presidenta del Liderazgo en Investigación de Neurociencias. "El
segundo estudio muestra que el aumento de los niveles de TREM2 hace que la microglía sea más receptiva y reduce los síntomas de la
enfermedad de Alzheimer", añade.
La enfermedad de Alzheimer afecta a más de 47 millones de
personas en todo el mundo, una cantidad que se espera que crezca a medida que
la población envejece. Una de las características de la enfermedad es la
acumulación de placas amiloides que se forman entre
las neuronas e interfieren con la función cerebral. Muchas compañías
farmacéuticas han estado trabajando durante años para reducir la producción de
beta amiloide para frustrar el Alzheimer, pero con un
éxito mínimo.
"TREM2 ofrece una nueva estrategia potencial --plantea Xu--. Los investigadores han sabido que las mutaciones en
TREM2 aumentan significativamente el riesgo de Alzheimer, lo que indica un
papel fundamental de este receptor en particular para proteger el cerebro. Esta
nueva investigación revela detalles específicos sobre cómo funciona TREM2, y
apoya las estrategias terapéuticas futuras para fortalecer el vínculo entre la
beta amiloide y TREM2, así como para aumentar los
niveles de TREM2 en el cerebro para proteger contra las características
patológicas de la enfermedad.
Un respaldo para
la microglía
Xu dirigió el primer estudio,
demostrando que TREM2 se une específicamente a la beta amiloide.
En particular, se conecta con oligómeros de beta amiloide (proteínas que se unen para formar un polímero),
que son la configuración más tóxica de la proteína. Sin TREM2, la microglía fue mucho menos exitosa a la hora de unirse y
eliminar la beta amiloide.
Investigaciones adicionales mostraron que la eliminación de
los canales de iones de potasio microgliales
regulados por disminución de TREM2, afectaba a las corrientes eléctricas
asociadas con la activación de estas células inmunes. Además, TREM2 activó una
serie de mecanismos asociados con la respuesta beta amiloide
en la microglía.
El segundo estudio, una colaboración dirigida por X. William
Yang, profesor en el Instituto de Neurociencia y Comportamiento Humano y el
Departamento de Psiquiatría y Ciencias Bioconductuales
de la Facultad de Medicina David Geffen de la
Universidad de California Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, agregó TREM2 a
un modelo de ratón con enfermedad de Alzheimer agresiva. Descubrieron que la
señalización TREM2 añadida detuvo la progresión de la enfermedad e incluso
restauró la función cognitiva.
"Estos estudios son importantes porque muestran que,
además de rescatar la patología asociada con la enfermedad de Alzheimer,
podemos reducir los déficits de conducta con TREM2 --dice Xu--.
Hasta donde sabemos, esto proporciona evidencia convincente de que la
minimización de los niveles de beta amiloide alivia
los síntomas de la enfermedad de Alzheimer".
"Podría ser beneficioso en etapas tempranas activar la microglía para comer beta amiloide
--dice Xu--, pero si se activa en exceso, puede
liberar una sobreabundancia de citoquinas (que causan
una inflamación extensa) dañando las uniones sinápticas saludables como un
efecto colateral de la sobreactivación". Aun
así, la capacidad de utilizar los mecanismos inmunes existentes del cerebro
para eliminar amiloide ofrece posibilidades intrigantes.
"Ir tras la microglía, en
lugar de la generación de beta amiloide, puede ser
una nueva vía de investigación para la enfermedad de Alzheimer --dice Xu--. Podríamos usar células inmunes del cerebro para
resolver lo que se está convirtiendo en una crisis de salud pública".